Al Mal esposo 293

Al Mal esposo 293

Capítulo 293 

David apenas había cerrado la puerta del coche cuando su teléfono volvió a sonar. El reproche en la voz de Fernando Aranda fue inmediato al contestar

-¿No quedamos en que irías a la cita esta noche? ¿Cómo se te ocurre dejar plantada así a la muchacha

David se acomodó en el asiento mientras se ajustaba el cinturón. Su voz mantuvo ese tono suave que lo caracterizaba

-Surgió un pendiente del trabajo. No dejé plantada a nadie, avisé con tiempo

-¿Llamar media hora antes te parece avisar con tiempo? -Fernando resopló al otro lado de la línea. ¿Eso no es dejar plantada a la gente

-No me interesan las citas a ciegas -David fue directo esta vez-. Ya viene el cierre de año, ando hasta el cuello de trabajo. Por favor, ya no me andes organizando más encuentros

-¿Será que no te interesan las citas o más bien ya tienes a alguien en mente? -La pregunta de Fernando dio en el blanco. Ya había notado algo raro-. De repente te vas del país, de repente regresasApuesto que hay una mujer detrás de todo esto. ¿Qué pasa? ¿Su familia no tiene el mismo nivel, no es de nuestro círculo? Mínimo tráela para que tu madre y yo la conozcamos. Somos gente abierta, no pedimos que venga de cuna de oro… 

David guardó silencio unos segundos. Cuando habló, su voz se había endurecido

-Tal vez necesiten ser todavía más abiertos

Ni la familia Aranda con todo su prestigio, pensó David, “ni siquiera una familia común vería con buenos ojos que me casara con una mujer divorciada. Sin estar completamente seguro de sus propios sentimientos, era mejor mantener lo que sentía por Irene oculto en su corazón. Era una forma de protegerla

Fernando se quedó callado, tratando de imaginar qué tan abiertotendría que ser. ¿Sería una persona con alguna discapacidad? ¿Extremadamente poco agraciada? ¿O qué otro defectopodría tener

-Ya es tarde, deberías descansar -David cortó la llamada sin más

El supuesto pleito con Fernando que había mencionado Natalia no era más que un teatrito armado por su tío para presionarlo a casarse. Todo este alboroto solo demostraba la desesperación de sus padres. Si él no hacía algo pronto y seguía ignorando sus arreglos, pasarían de las citas a ciegas a un matrimonio arreglado directo

Se le acababa el tiempo

Levantó la mirada hacia la tenue luz que brillaba en el último piso. Sus ojos se nublaron con una tristeza apenas perceptible

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14:54 

Capitulo 293 

La partida de David dejó a Irene sumida en un torbellino de pensamientos. Después de darle vueltas al asunto sin llegar a nada concreto, decidió dejar de mortificarse. Al fin y al cabo, era una posibilidad remota; no tenía caso angustiarse por algo imposible

Los días transcurrian entre su trabajo de nueve a cinco y las tardes con Natalia en casa. Su vida estaba tan llena que solo en el silencio de la noche, de vez en cuando, el recuerdo de Romeo se colaba en su mente. Pero incluso entonces, era apenas un pensamiento fugaz que apenas perturbaba su tranquilidad

Un sábado, Irene fue a cubrir un turno extra en la tienda. Solo les permitían un día de descanso a la semana. No llevaba mucho tiempo trabajando cuando escuchó pasos en la entrada. Se levantó por instinto, pero antes de poder distinguir quién era, Margarita pasó como tromba a su lado, haciéndola trastabillar de vuelta a su silla

-Buenas tardes, señoras. ¿Vienen a ver decoración? ¿Para qué propiedad sería? -Margarita se apresuró a atenderlas con un entusiasmo exagerado

Eran Natalia y Rosa Vargas, la madre de Su. Ambas vestían con una elegancia que delataba su posición social a primera vista. Natalia frunció el ceño al ver cómo habían hecho tropezar

Irene

-Vengo buscando a Irene -el tono gélido de Natalia apagó el entusiasmo de Margarita al 

instante

Al regresar a su lugar, Margarita golpeó accidentalmente” el escritorio de Irene

-Te.buscan -siseó-. Y recuerda que estamos en horario de trabajo

Irene se levantó ignorando el comentario y se acercó a las recién llegadas

-Nati, señora Rosa, ¿qué las trae por aquí

Natalia soltó el brazo de Rosa para engancharse del de Irene

-¿Ya se te olvidó lo que te dije? Mi hermano va a decorar su casa para la boda. ¡Traje a mi mamá para que te conozca

-Irene, ¿cómo es que acabaste trabajando aquí? -Rosa no estaba enterada de la inminente separación entre Irene y Romeo. Ver a la señora de la familia Castro siendo tratada con desdén la había dejado perpleja. ¿Quién se atrevería a faltar el respeto a la esposa de Romeo Castro

-Ya llevo tiempo trabajando aquí -Irene evadió la explicación, cambiando hábilmente de tema-. Señora, para la casa de David sería mejor contratar a un diseñador con más renombre. Apenas estoy empezando y me preocupa no estar a la altura

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