Capítulo 287
Gabriel no necesitó mucho tiempo para su investigación inicial. El celular de Irene volvió pronto a las manos de Romeo, quien lo observó con detenimiento. El dispositivo, con menos de dos años de uso, lucía casi nuevo. La funda de dibujos animados y el protector de privacidad permanecían intactos, como si el tiempo no hubiera pasado por ellos.
Un recuerdo involuntario cruzó su mente: las pequeñas manos de Irene sosteniendo el aparato, que parecía desproporcionadamente grande entre sus dedos delicados. Ahora, en sus propias. manos, el celular parecía un juguete insignificante que podía manipular sin esfuerzo.
Romeo no era el tipo de persona que husmeaba en asuntos ajenos. Sin embargo, al intentar guardar el celular en su bolsillo, sus dedos rozaron accidentalmente la pantalla, activando la opción de inicio de sesión en WhatsApp. El dispositivo, que había albergado la cuenta de Irene durante tanto tiempo, no requirió contraseña ni verificación la sesión se inició
automáticamente.
–
Una serie de ‘ding dong‘ resonaron en la oficina. Eran mensajes pendientes que, a pesar de que Irene ya los había respondido desde su nuevo celular y hasta había sostenido una videollamada con Natalia, insistían en manifestarse en este dispositivo.
Sacó el celular y abrió la aplicación. En la parte superior, anclados, estaban el chat de Natalia y el grupo del trabajo. Debajo, una cascada de contactos con los que Irene mantenía conversaciones activas.
Todos menos él.
Su ceño se frunció mientras una sospecha se formaba en su mente. Con movimientos precisos, navegó hasta la configuración y revisó la lista de contactos bloqueados. Allí estaba su número de WhatsApp, silenciado como una acusación muda.
Antes de poder realizar cualquier acción, la aplicación se cerró abruptamente, indicando que se había iniciado sesión en otro dispositivo. Con un movimiento casi mecánico, regresó a la interfaz principal del celular y abrió la lista de números bloqueados. Como esperaba, su número también aparecía allí.
Con un gesto de hastío, arrojó el celular sobre el escritorio, determinado a no volver a tocarlo.
El sonido de nudillos contra madera interrumpió sus pensamientos.
Se masajeó el puente de la nariz, recomponiéndose instantáneamente.
-Adelante.
Inés entró a la oficina con un documento en mano: la lista de finalistas que avanzaban a la tercera ronda del concurso Design Space. La colocó frente a Romeo con un movimiento
estudiadamente casual.
-Romeo, ya salió la lista de los que pasan a la tercera ronda. Como no respondiste y los otros jueces no estaban muy convencidos con el trabajo de Irene… quedó eliminada.
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Capítulo 287
La satisfacción en su voz era apenas perceptible, pero estaba ahí. Sin indicaciones de Romeo, no tenía intención de hacerle ningún favor a Irene.
Romeo echó un vistazo a la lista, confirmando la ausencia del nombre de Irene.
-Entendido.
Era cierto, Irene siempre había sido obediente. Cualquier cosa que él deseara, ella se esforzabal en proporcionársela, incluso cuando carecía de las habilidades necesarias. Pero ahora que decidía no obedecer…
Inés vaciló un momento antes de aventurarse a preguntar:
-¿Todavía no se han reconciliado?
Romeo apartó la lista y entrelazó sus manos sobre el escritorio. Su rostro permanecía
inescrutable.
-Eso no es asunto tuyo. Ve con Gabriel para que coordine tu regreso a la empresa.
Con el cierre de año aproximándose, era natural que hubiera múltiples asuntos pendientes.
-Está bien–Una sonrisa iluminó el rostro de Inés-. Me encargo de eso entonces.
Se giró para salir cuando su celular vibró en el bolsillo. Al ver el identificador de llamada, sus cejas se arquearon con sorpresa. Deslizó el dedo sobre la pantalla para contestar.
-Carmen, ¿qué haces llamando a esta hora?
Debía ser de madrugada en el extranjero.
Del otro lado de la línea, Carmen Núñez tosió débilmente. Su voz sonaba quebrada, como si
hubiera estado llorando.
-Hermana, ¿estás bien?
-Claro que estoy bien. ¿Tuviste una pesadilla? -Inés se apartó hacia el pasillo, suavizando su tono-. No seas tontita, ya sabes que los sueños son al revés.
Carmen negó entre sollozos entrecortados.
-Hermana… Liam Ortiz la regó. Hizo enojar a Romeo y tengo miedo de que se desquite
contigo.
Inés se congeló en su lugar, toda pretensión de ligereza abandonando su rostro.
-¿Qué pasó?
Cualquier mención de Romeo capturaba instantáneamente su atención completa.
-Liam quería que tú y Romeo estuvieran juntos lo antes posible, así que le mandó anónimamente a su esposa las fotos que me enviaste. Pensó que así te volverías la señora Castro más rápido. Todo porque no quiere que Romeo traiga de regreso al doctor Morales para
atender mi enfermedad…
14:40
Capítulo 287
La satisfacción en su voz era apenas perceptible, pero estaba ahí. Sin indicaciones de Romeo, no tenía intención de hacerle ningún favor a Irene.
Romeo echó un vistazo a la lista, confirmando la ausencia del nombre de Irene.
-Entendido.
Era cierto, Irene siempre había sido obediente. Cualquier cosa que él deseara, ella se esforzabal en proporcionársela, incluso cuando carecía de las habilidades necesarias. Pero ahora que
decidía no obedecer…
Inés vaciló un momento antes de aventurarse a preguntar:
-¿Todavía no se han reconciliado?
Romeo apartó la lista y entrelazó sus manos sobre el escritorio. Su rostro permanecía inescrutable.
-Eso no es asunto tuyo. Ve con Gabriel para que coordine tu regreso a la empresa.
Con el cierre de año aproximándose, era natural que hubiera múltiples asuntos pendientes.
-Está bien–Una sonrisa iluminó el rostro de Inés-. Me encargo de eso entonces.
Se giró para salir cuando su celular vibró en el bolsillo. Al ver el identificador de llamada, sus cejas se arquearon con sorpresa. Deslizó el dedo sobre la pantalla para contestar.
-Carmen, ¿qué haces llamando a esta hora?
Debía ser de madrugada en el extranjero.
Del otro lado de la línea, Carmen Núñez tosió débilmente. Su voz sonaba quebrada, como si hubiera estado llorando.
-Hermana, ¿estás bien?
-Claro que estoy bien. ¿Tuviste una pesadilla? -Inés se apartó hacia el pasillo, suavizando su tono-. No seas tontita, ya sabes que los sueños son al revés.
Carmen negó entre sollozos entrecortados.
-Hermana… Liam Ortiz la regó. Hizo enojar a Romeo y tengo miedo de que se desquite contigo.
Inés se congeló en su lugar, toda pretensión de ligereza abandonando su rostro.
-¿Qué pasó?
Cualquier mención de Romeo capturaba instantáneamente su atención completa.
-Liam quería que tú y Romeo estuvieran juntos lo antes posible, así que le mandó anónimamente a su esposa las fotos que me enviaste. Pensó que así te volverías la señora Castro más rápido. Todo porque no quiere que Romeo traiga de regreso al doctor Morales para atender mi enfermedad…
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