Al Mal esposo 19

Al Mal esposo 19

Capítulo 19 

La luz tenue y sofisticada del restaurante Agave&Arte bañaba el ambiente con un resplandor seductor. Los cristales de los candelabros proyectaban destellos que danzaban sobre las mesas, creando una atmósfera de intimidad calculada

Romeo e Inés ocupaban una mesa cuadrada, uno frente al otro. El sommelier, con movimientos estudiados, descorchaba una botella de vino tinto de Burdeos, vertiendo el líquido carmesí en el decantador de cristal. La cascada de vino capturaba la luz, proyectando reflejos rubí sobre el rostro anguloso de Romeo

Sus facciones afiladas reflejaban un aire de satisfacción mientras mantenía la mirada fija en el piano vacío, sus ojos entrecerrados en un gesto de aparente complacencia

Inés lucía un vestido color mostaza que acentuaba las ondas naturales de su cabello suelto, una imagen muy distinta a su usual vestuario ejecutivo. Sus dedos jugueteaban con el borde de la copa mientras observaba el piano solitario

-Qué raro que no haya nadie tocando esta noche

Romeo frunció levemente el ceño, un gesto casi imperceptible

-No tengo idea

Sus pensamientos derivaron hacia Irene. Estar ahí, expuesto a las miradas curiosas como si fuera un espectáculo, era algo que ella jamás toleraría. A estas alturas, imaginó, probablemente ya estaría en casa. Irene siempre había sido así: discreta, considerada, consciente de no interrumpir su trabajo. Esta mañana, al saber que él estaría ocupado, se había marchado en silencio, sin hacer preguntas

El hilo de sus pensamientos se vio interrumpido por una voz familiar que cortó el aire

-¡Les traigo algo especial, perfecto para ustedes dos

Natalia, con una sonrisa brillante que no alcanzaba sus ojos, colocó un plato humeante sobre la mesa. Aprovechó el momento para examinar a Inés de arriba abajo con un escrutinio apenas disimulado

Inés parpadeó confundida ante el platillo

-¿Tortas ahogadas? ¿En un restaurante de alta cocina

Natalia ensanchó su sonrisa, apartando finalmente su mirada inquisidora de Inés

-Las tortas ahogadas son solo el comienzo. También tenemos tacos de cabeza, sopa de médulay lengua entornatada¡Perfectos para los que andan de cabrones

El ambiente se congeló instantáneamente. La temperatura pareció descender varios grados, y un silencio sepulcral envolvió la mesa

Natalia, quien siempre se había considerado valiente, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Quizás era porque, aunque defendía a Irene, carecía de pruebas concretas para 

Capitulo 19 

enfrentar a Romeo. Después de unos segundos de tensión insoportable, una presión invisible pareció cerrarse alrededor de su garganta. Sin decir más, dio media vuelta y se alejó

Inés esperó a que Natalia se alejara lo suficiente antes de adoptar una expresión de inocente curiosidad

-Romeo, ¿la conoces

-Apenas

La mirada de Romeo se posó en el plato, mientras sus dedos tamborileaban suavemente sobre el mantel color vino

El silencio fue interrumpido por el sonido del celular de Romeo. Aunque el número no estaba guardado, reconoció inmediatamente la llamada de Irene. Durante dos años, ella le había enviado mensajes todos los días a la hora de la comida, recordándole que se alimentara, y cada noche llamaba para preguntar si volvería a casa. Una sonrisa burlona se dibujó en sus labios mientras rechazaba la llamada sin vacilar

Inés se levantó con movimientos fluidos para servirle más vino

-¿Por qué no contestas? -sus ojos se posaron en la pantalla del teléfono, notando el número desconocido-. Estamos cenando, no en una junta. No te estoy prohibiendo atender llamadas

-No es nadie importante

Romeo tomó la botella de sus manos con un gesto elegante, inclinándose para llenar también la copa de ella

-Te has esforzado mucho últimamente

Inés volvió a su asiento, una sonrisa seductora bailando en sus labios

-¿Crees que con una copa de vino vas a compensar todo mi trabajo

Romeo extrajo una tarjeta negra de su cartera y la deslizó sobre el mantel hacia ella

-En el ámbito profesional, te ofrezco este vino. En lo personal-hizo una pausa calculada-, esta tarjeta adicional es mi reconocimiento. Úsala como gustes

La luz tenue resaltaba los huesos definidos de su muñeca mientras empujaba la tarjeta. Inés extendió su mano para tomarla, permitiendo que sus dedos rozaran deliberadamente el dorso de la mano de Romeo. La presión fue sutil, y su dedo meñique se deslizó con una caricia apenas perceptible sobre su piel

Sus ojos, cargados de coquetería, estudiaban cada microgesto en el rostro de Romeo. Él mantuvo los labios tensos en una línea fina, reclinándose en su silla con estudiada indiferencia, como si el contacto hubiera pasado desapercibido

Inés guardó la tarjeta en su bolso con naturalidad estudiada, lanzando otra mirada furtiva hacia el piano vacío. La ausencia de Irene esta noche le daba vueltas en la mente, alimentando sus planes silenciosos

Capítulo 19 

El mesero apareció con los platillos principales, y Romeo comenzó a comer con movimientos precisos y controlados. Aprovechando su aparente distracción, Inés sacó su celular, intentando capturar el reflejo de ambos en el cristal de la ventana. El flash se disparó involuntariamente, rompiendo la atmósfera íntima

Romeo alzó la mirada lentamente, sus párpados apenas elevados, y clavó en Inés una mirada penetrante y evaluadora que hizo que el aire entre ellos se volviera denso

3/3 

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Status: Ongoing
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