Al Mal esposo 151

Al Mal esposo 151

Capítulo 151 

La mano de Irene tembló ligeramente sobre el picaporte. A través de la puerta entreabierta, había alcanzado a ver una figura familiar en el pasillo, y su corazón dio un vuelco. Sin pensarlo dos veces, entró precipitadamente a la oficina de David

-Lo siento tanto, David. Vi a alguien afuera y-Las palabras se le atoraron en la garganta mientras la culpa le teñía las mejillas de un suave carmesí

David bajó el teléfono de su oído con una naturalidad estudiada y le dedicó una sonrisa tranquilizadora

-No te preocupes, justo acababa de terminar

Demasiada coincidencia, pensó Irene, mordisqueándose el labio inferior. La gente no solía colgar sus llamadas justo un segundo después de estar conversando. La incomodidad le pesaba en el estómago como plomo

-La próxima vez mejor nos vemos en otro lado -murmuró, jugueteando nerviosamente con el borde de su blusa-. Con que me mandes un mensaje es suficiente

David se pasó una mano por el cabello, un gesto que Irene había notado que hacía cuando se sentía responsable por algo

-La verdad, fue mi error. No debí citarte aquí y ponerte en esta situación

Con un movimiento fluido, señaló la silla frente a su escritorio. Sobre la pulida superficie de madera, una elegante bolsa de papel con el logotipo dorado de uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad parecía esperarla

-Pero ya que estás aquí -continuó él mientras comenzaba a sacar los contenedores-, sería una pena desperdiciar el almuerzo que traje. Ya debe estar enfriándose

Los ojos de Irene se abrieron con sorpresa al ver los platillos, cada uno claramente elegido pensando en sus preferencias

-¿También trajiste comida? -Se acercó al escritorio con pasos apresurados. ¡Pero si yo ya había ordenado algo

El rostro de David se suavizó con comprensión. Los rayos del sol que se filtraban por la ventana le daban un aire casi etéreo a su expresión

-Todavía estamos a tiempo de cancelar tu orden. Mejor que no se desperdicie nada

Irene dio un paso hacia atrás, sacudiendo ligeramente la cabeza. El cabello negro le rozó las mejillas mientras buscaba las palabras correctas. 

-David, si sigues así, me va a dar pena pedirte ayuda después

Una sonrisa conocedora se dibujó en los labios de él, de esas que siempre lograban desarmarla sin hacerla sentir incómoda

Capitulo 151 

-¿Y cómo sabes que no seré yo quien necesite tu ayuda después? ¿O es que no piensas ayudarme en el futuro

La risa suave de Irene llenó la oficina como música

-Claro, yo… 

-Entonces siéntate -respondió él con voz cálida-. No perdamos más tiempo. Cuéntame de tu diseño

La oficina de David era un mundo opuesto al espacio frío y minimalista de Romeo. Aquí, los muebles en tonos crema y el sofá de colores suaves creaban una atmósfera acogedora. La luz del mediodía bañaba cada superficie, dotando al espacio de una calidez casi tangible. El aroma de la comida se mezclaba con el café recién hecho, creando una sensación de hogar que Irene no había experimentado en mucho tiempo

Poco a poco, sus hombros tensos comenzaron a relajarse. La presencia de David, con su mirada eternamente amable y ese destello de alegría en sus ojos, tenía ese efecto en ella. Era como si el tiempo se ralentizara, permitiéndole respirar sin el peso constante de sus preocupaciones

-Tu diseño tiene algunos detalles que pulir -comentó él mientras revisaba los planos-, pero pasar la ronda preliminar no será problema. Aunque te sugiero no mostrar algo demasiado perfecto desde el inicio

A pesar de las pequeñas imperfecciones, el trabajo de Irene sobresalía notablemente del nivel de un diseñador promedio. David sabía que una obra demasiado deslumbrante en la primera fase solo serviría para generar expectativas excesivas, añadiendo una presión innecesaria para las etapas posteriores

-¿De verdad lo crees? -La inseguridad se filtró en la voz de Irene. No era perfeccionismo lo que la atormentaba, sino el miedo visceral al fracaso, al rechazo en la primera ronda

-No te presiones tanto. Confía más en ti

David hizo una pausa, como si estuviera considerando cuidadosamente sus siguientes palabras. El silencio se extendió por un momento antes de que volviera a hablar

-¿Tienes planes para el fin de semana

Irene negó con la cabeza

-No, ¿por

Con movimientos deliberados, David abrió el cajón a su derecha y extrajo dos invitaciones que 

deslizó sobre el escritorio hacia ella

-Hay una exposición nacional de diseño de interiores este fin de semana. Pensé que podríamos ir juntos. Te serviría para inspirarte para tu próxima competencia

Los ojos de Irene se iluminaron al reconocer el evento. Era una exposición prestigiosa donde se presentaban las obras de los diseñadores más reconocidos del país. Una oportunidad así era 

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Capítulo 151 

invaluable

-¡Nos vemos el fin de semana! -exclamó con entusiasmo, mientras sus mejillas se hundían en dos adorables hoyuelos

David la observó en silencio, dejando que su sonrisa radiante se reflejara en sus propios ojos, suavizando aún más su mirada ya de por gentil

Después del almuerzo, aprovechando que aún no comenzaba el horario laboral oficial, Irene se escabulló de la oficina con el sigilo de quien ha aprendido a moverse entre sombras. Aunque David no era un nombre que resonara con fuerza en el circuito nacional de diseño, ella sabía de su exitosa carrera en el extranjero durante los últimos años. Si él confiaba en que su proyecto superaría la fase preliminar, podía permitirse respirar con más tranquilidad

De vuelta en su escritorio, con una renovada confianza fluyendo por sus venas, Irene abrió su computadora y, sin más dilación, envió su proyecto. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir que estaba exactamente donde debía estar

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